Cuando el joven Fernando tenía 15 años de edad, decide vestir el sayal
franciscano, atraído por la misión que dieron los Padres franciscanos del
Convento de Ocopa, en la ciudad de Huánuco.
El Convento de Santa Rosa de Ocopa, fundado por Fray Francisco de
San José, el año 1725, está ubicado en la Provincia de Concepción en el
Departamento de Junín, en el Valle del Río Mantaro, entre Huancayo y Jauja,
hermoso Santuario de actividad misionera y de Formación de los Padres
Franciscanos, convento llamado “ Antigua mansión de la virtud, escuela de la
milicia de Cristo, rincón de soledad sagrada, Colegio misionero “ en donde
tantos esforzados varones aprendieron a vencer los vicios y a ganar las almas.
Los estudiantes debían cursar tres años de Filosofía, tres años de
Teología Dogmática y dos de Teología Moral. Durante la Filosofía se debía
estudiar, además, las clases suplementarias de Matemática, Geografía y Física.
Los Teólogos tenían clases de Historia Universal e Historia Eclesiástica, y los
Moralistas tenían clases de Sagrada Escritura y Oratoria Sagrada, también
estudiaban Derecho Canónico. Durante las vacaciones estudiaban la lengua
quechua.
La etapa de formación es muy importante para los jóvenes
misioneros franciscanos; es allí cuando, se acercan a los primeros
combates reñidos en la más crítica coyuntura, en los comienzos de la edad
juvenil, en que se decide la suerte del hombre, y de cuya orientación depende
el curso de la vida.
El joven Fernando, en el Convento de Ocopa, fue corista estudiante y
realizó sus estudios eclesiásticos tomando el nombre de Alfonso María de la
Cruz. Nunca desmintió su primera resolución; a pesar de que los misioneros de
Ocopa nada omitieron para probar su constancia. Conocedores ellos, de la
difícil causa que toma a su cuenta el ministro del Evangelio, que debe ser “sal
de la tierra, luz del mundo, depositario de la ciencia y centinela de la casa
de Israel “; y sabiendo que a quien mucho se le confía, mucho se le ha de
pedir, emplearon todos los medios para probar la bondad de su vocación. más
nuestro joven aspirante se mantuvo siempre en su puesto y colmó las esperanzas
de todos.
Fray Alfonso María de la Cruz se consagró irrevocablemente al total
servicio de Dios por la Profesión de los votos religiosos, el 18 de diciembre
de 1862 digno galardón de su constancia, después del año canónico de noviciado,
durante el cual dio clarísimas muestras de la verdad de su vocación a la vida
del claustro, dedicándose a ilustrar su espíritu, acompañando el ejercicio de
las virtudes religiosas con el estudio de las ciencias humanas y divinas que
aprovechó sobremanera, mereciendo recibir las órdenes menores y la
dignidad sacerdotal, previo examen ante el Venerable Discretorio, según
cartas firmadas por el R. P. Fray Pedro Gual, Comisario General dela Orden
Franciscana.
El sábado 1º de Septiembre de 1866 recibió la Tonsura y las Órdenes
Menores o Ministerios de: Ostiario, Lector, Exorcista y Acólito.
El Subdiaconado lo recibió el Domingo 2 de Septiembre de 1866 y el
Diaconado el Domingo 9 del mismo año y el Sagrado Orden del
Presbiterado el 03 de Marzo de 1867 en la ciudad de Lima, conferido por
el Excelentísimo Monseñor Manuel Teodoro del Valle, primer Obispo de
Huánuco.
Desde su ordenación sacerdotal, Fray Alfonso María se dedicó con
gran celo apostólico a los ejercicios propios del sacerdocio en el
Convento de Ocopa y pueblos de la Región central del Perú. Se adjunta las
cartas referentes a las Sagradas Ordenes.
Siempre tuvo a Dios como lo más importante en su vida, solo con Él nos sentiremos completamente felices y libres
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